El País, 26.04.2002
El Consell reabre la polémica sobre la lengua al
ignorar los títulos que concede la Universidad
Sólo la vieja licenciatura en Filología Valenciana cumple
el requisito lingüístico, dice Tarancón
M
OLIVARES / N. CABALLER | Valencia
El Consell aprobó ayer el decreto
que exige el conocimiento de las dos lenguas oficiales en la Comunidad
Valenciana para todos los futuros docentes. Manuel Tarancón presentó el acuerdo
como una decidida apuesta por el fomento del uso del valenciano. Pero al negar
validez para acreditar el conocimiento del valenciano al título de Filología
Catalana, el único que otorga la Universidad desde 1993, el responsable de
Educación hurgó en la herida de una polémica que parecía apaciguada desde que
la Acadèmia Valenciana de la Llengua aprobó la normativa del valenciano hace
unas semanas.
Los sucesivos gestos de Eduardo
Zaplana para normalizar las relaciones con la Universidad quedaron en
entredicho cuando su consejero de Educación enumeró los títulos que acreditan
el conocimiento del valenciano para ejercer la función docente. Tarancón citó
el título de maestro de valenciano; la superación del grado medio de los títulos
que concede la Junta Qualificadora de Coneiximents del Valencià; la posesión de
un título de bachillerato de segundo grado en línea valenciana; para los
maestros que ejercen dentro del sistema educativo, la superación de las pruebas
previstas en el plan de formación lingüístico técnica; y la licenciatura en
Filología Valenciana.
La licenciatura en Filología
Valenciana cambió de denominación en 1993 por decisión de la Universidad para
convalidar esos estudios con los paralelos en las universidades catalanas o
baleares. Fernando Villalonga, primer consejero de Educación de Zaplana,
rechazó la homologación de tales títulos. Tarancón, ayer, incidió en una
polémica aparentemente superada y explicó que los licenciados en Filología
Catalana deberán someterse a las pruebas de la Junta Qualificadora para optar a
plazas de docente o aportar alguna de las otras titulaciones previstas. En la
práctica, todo licenciado en Filología Catalana posee alguna de esas
acreditaciones, por lo que la actitud del Consell busca un efecto simbólico.
El miércoles, Tarancón sometió a
la mesa sectorial de Educación un texto que admitía textualmente 'la
licenciatura en Filología Valenciana o equivalentes'. Pero ayer, en rueda de
prensa, insistió en negar la existencia de títulos equiparables al histórico de
Filología Valenciana que, dijo, 'fue modificado por la Universidad hace
relativamente poco tiempo, en época democrática, en uso de su autonomía'.
Fuentes oficiales de la
Universidad de Valencia expresaron su 'perplejidad' ante las declaraciones de
Tarancón pero expresaron cautelas hasta conocer el texto del decreto
oficialmente aprobado por el Consell.
Cualquier licenciado que pretenda
ejercer como docente debe obtener un Certificado de Capacitación que el decreto
acepta como fórmula para acreditar el conocimiento del valenciano, de modo que
la polémica que alimentó Tarancón parece artificial. Pero lo cierto es que el
responsable de Educación insistió en negar validez a los títulos que otorga la
Universidad en el presente para satisfacer las presiones internas en el seno
del PP.
Al margen de polémicas, Tarancón
presentó todo un paquete de medidas educativas. El Consell acordó incorporar 32
nuevos colegios e institutos al proyecto de mapa escolar aprobado en 1996 como
resultado de los movimientos demográficos registrados desde entonces. Una
veintena se encuentran ya en proceso de licitación por parte de la empresa
pública Ciegsa y sólo una docena son nuevos.
El Consell aprobó la convocatoria
de una oferta de empleo público para dotar 1.674 plazas de docentes no
universitarios, que serán los primeros que tendrán que acreditar el
conocimiento del valenciano. También se acordó la incorporación de 121 nuevos
ciclos de formación profesional paralelos a un acuerdo con más de seis mil
empresas para que los alumnos puedan hacer prácticas. Tarancón también se
comprometió a cumplir con una vieja queja de los sindicatos -apoyada anualmente
desde 1997 por el Síndic de Greuges- para homologar el salario de los maestros
que imparten desde hace cinco años el primer ciclo de ESO en colegios de
primaria al de los profesores de Secundaria. Según el consejero, ya hay
negociaciones con Hacienda para pagar la diferencia que afecta a '3.700
maestros de la Comunidad Valenciana', lo que supone, según cálculos sindicales,
unos 5 millones de euros (830 millones de pesetas). En ese sentido, también
anunció el compromiso del Consell de regularizar el complemento de
jubilaciones, estancado desde 1991. Tarancón adelantó que la Generalitat está
dispuesta a 'duplicar' el complemento de entre 1.800 y 7.200 euros (300.000 y
1.200.000 pesetas), que se paga en el territorio que gestionaba el ministerio.
Esta cifra estaría, sin embargo, por debajo de la aplicada ya hace tres años en
el País Vasco, Cataluña y Galicia, donde se multiplicó por 2,5 la oferta del
ministerio.