Levante, 22.05.2002
La institución rechaza
una propuesta para oficializar giros característicos de las Normas del Puig
La Acadèmia sacará en
un año un diccionario ortográfico con todas las palabras normativas
Para aclarar las dudas sobre qué
palabras son normativas o no, la Acadèmia publicará en un plazo de un año un
«Diccionari ortogràfic», que será una relación -sin definiciones- de todos los
términos oficiales con su pronunciación correcta. La institución rechazó además
el pasado lunes una propuesta para incluir a la lista de vocablos oficiales
giros característicos de las Normas del Puig, como los sustantivos acabados en
«-ea» y la preposición «ab».
Alfons Garcia, Valencia
La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL),
Ascensión Figueres, no esperará a tener el Diccionari -que no se prevé que esté
acabado en un plazo inferior a cinco años- para publicar un registro de todas
las palabras que considera normativas. Se tratará de un Diccionari ortogràfic,
que es una enumeración de los vocablos oficiales, sin incluir la definición de
éstos. La sección de Gramàtica de la institución aprobó recientemente esta
iniciativa y la presidenta, Ascensión Figueres, aseguró ayer, en declaraciones
a Ràdio Nou, que la obra estará lista en un año. No será el primer Diccionari
ortogràfic.
Pompeu Fabra ya siguió este modelo a principios del
siglo pasado. El lingüista publicó un volumen de estas características en 1917,
como adelanto al posterior Diccionari general.
El manual de la AVL será también un diccionario de
pronunciación. Según Figueres, «recogerá el léxico más común valenciano» y
«servirá como referente para los valencianos».
Otros miembros de la institución normativa
apuntaron ayer a este diario que las entradas recogidas en esta obra no podrán
variar demasiado de las que aparecen en el Diccionari Valencià que preparó la
conselleria de Educación en la etapa socialista y cuyas 80.000 palabras son el
núcleo del programa de traducción al valenciano SALT. El acuerdo aprobado la
noche del lunes añade a lo dicho el 25 de marzo sobre el referente normativo
oficial que «se declaran oficiales los contenidos» de este soporte informático
de la Generalitat, a excepción de los elementos marcados explícitamente como
vulgarismos, extranjerismos y coloquialismos. «Todo el Diccionari Valencià es
ya oficial», señalaba ayer un académico para subrayar la mejora realizada del
texto del Lunes Santo.
Ésta no agradó a los miembros que también están en
la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV). Cuatro de los cinco presentes
(Xavier Casp faltó), según ha podido saber este diario, votaron en contra de la
segunda parte del documento -la que respondía al listado del Consell-, cuando
el 25 de marzo no se registraron votos negativos.
Este sector presentó el pasado lunes una amplia
enmienda al texto de partida que eliminaba las explicaciones de cada grupo de
palabras y, entre otras cosas, proponía la inclusión en la relación de soluciones
a oficializar algunos giros característicos de las Normas del Puig. Es el caso
de la preposición ab, los sustantivos acabados en -ea (citaba
como ejemplos «vellea«, «perea», «deixadea»), los verbos en -isar («realisar)
y atre. La iniciativa fue rechazada por el resto de académicos y quedó
desechada.
Este sector sí que consiguió, en cambio, que del
preámbulo del documento finalmente aprobado desapareciera la referencia a una
lengua común con otros territorios. Según ha podido saber este diario, tras una
vehemente intervención de Artur Ahuir se pactó cambiar «lengua» por «sistema
lingüístico».
Aún así, esta introducción indica que cada variedad
lingüística «ha de tender a la convergencia con las otras formas».
Figueres insistió ayer: «No vamos a prohibir
palabras, sino que vamos a dar prioridad a unas formas más estándar porque no
podemos mutilar la llengua. Admitir una palabra no significa que sea la única
válida para cualquier uso».
Aprueban
un plus a Figueres para que cobre como consellera
A. G., Valencia
La discusión sobre el listado de palabras
«genuinas» no fue la única causa de que el pleno del lunes se prolongara
durante más de seis horas. Las dos primeras, ha podido saber este diario,
estuvieron dedicadas a las retribuciones de la presidenta de la Acadèmia,
Ascensión Figueres, la cual se ausentó de la sala durante este periodo. El
asunto no aparecía reflejado en el orden del día, sino que iba incluido en la
aprobación de acuerdos de la junta de gobierno.
La propuesta, que al final resultó aprobada, era
adjudicar una indemnización complementaria a Figueres por asistencia a plenos,
secciones y juntas, de modo que sus remuneraciones puedan equipararse al
salario de un conseller (58.900 euros al año), que es el rango que Eduardo
Zaplana otorgó a la presidencia de la institución normativa.
El reglamento de la Acadèmia recoge este sueldo
para Figueres, pero al no estar aprobado todavía por el Consell, la ex
subsecretaria de Educación no ha podido cobrar aún estas retribuciones. Como la
institución va a cumplir un año y el reglamento no sale, el pleno acordó ayer
que perciba una elevada indemnización por asistencia a las reuniones (hasta
ahora sólo cobraba la dieta) y que se le aplique con carácter retroactivo.
División entre los académicos
La propuesta no contó ni mucho menos con el apoyo
unánime de los académicos. Según las informaciones recabadas por este diario,
se registraron seis votos en contra y cuatro abstenciones de los 19 miembros
presentes en ese momento en la sala. El rechazo de algunos, sin embargo, no era
al contenido en sí de la iniciativa, sino al hecho de que no apareciera de
forma clara en el orden del día y se enmascarara en otro punto.
- El pleno del lunes dio también el visto bueno al procedimiento de
aprobación del texto litúrgico elaborado por la comisión dedicada a este fin
que preside Ramón Arnau. El misal estará en San Miguel de los Reyes para que
los académicos lo puedan consultar hasta que la comisión eclesiástica que ha de
crear el arzobispo lo apruebe..
- La Fundació Mata de Jonc ha presentado una solicitud formal para que la AVL dictamine si el Llibre del Poble de Déu de Pere Riutort se ajusta a los criterios lingüísticos aprobados por la institución el 25 de marzo.