El País, 28.05.2002

La mayoría de los académicos vota a favor de incluir Filología Catalana en el requisito

Las ausencias impidieron reunir los sufragios necesarios para aprobar el documento


FERRAN BONO | Valencia

La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) tocó ayer el hueso más duro de su andadura al tratar la decisión del Consell de excluir la titulación oficial de Filología Catalana del requisito lingüístico para acceder a la función pública docente. De los 14 académicos presentes en la votación, 10 apoyaron el documento que reconoce tal titulación, dos se abstuvieron y dos votaron en contra. Pero la ausencia del resto de los 21 académicos, incluida la presidenta, Ascensión Figueres, que se marchó antes de votar, impidió reunir la mayoría de 11 sufragios para aprobar el texto.

Figueres se ausentó por encontrarse indispuesta en la segunda parte de la reunión, cuando se iba a abordar la cuestión del requisito lingüístico que habían introducido en el pleno los académicos integrantes del Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana, entre otros. Artur Ahuir y Alfons Vila, representantes del sector más secesionista, abandonaron la reunión justo antes de la votación. 'Parece que el documento lo han hecho el Interuniversitari y los sindicatos', afirmó Ahuir, que criticó la falta de espíritu de consenso. Gascón Pelegrí se marchó mucho antes del fin de la reunión, que se alargó hasta las 23.20. Xavier Casp y Pere Maria Orts, que probablemente hubiera votado a favor del documento, no asistieron al pleno.

En definitiva, en el momento de la votación no se alcanzó la mayoría necesaria situada en 11 votos. Sí se aprobó, previamente, por 11 votos a favor y 8 en contra tratar la cuestión del requisito lingüístico, a pesar de que el informe jurídico indicaba que no es competencia de la institución.

Por tanto, el documento del requisito 'no existe', porque 'no hay acuerdo', afirmó en conferencia de prensa el vicepresidente de la AVL, Josep Palomero, en compañía del secretario de la misma, Alfons Aiza. El documento hacía hincapié en la legalidad y la vigencia de la titulación de Filología Catalana, que tiene como objeto también los estudios de la filología valenciana, en función de dos decretos de 1984 y 1999, si bien evitaba utilizar el término catalán para conseguir adhesiones.

A pesar de presentarse diversos informes alternativos con el propósito de alcanzar el consenso, la 'máquina de pactar', como se refiere a la Acadèmia alguno de sus miembros, se trastabilló y provocó la primera ruptura en su corta historia. Palomero negó tal situación e incidió en que las 'diferencias' y las 'cuestiones que enrarecen' la discusión, en referencia al contexto político, son externas a la AVL. El vicepresidente reclamó más serenidad, porque no 'está en el seno de la Acadèmia el disenso'. Así, el punto del requisito lingüístico es como si no se hubiera tratado a efectos legales, aunque la mayoría de los académicos presentes en la reunión aprobó un documento contrario a la decisión del Consell.

En la primera votación del pleno, se aprobó por 16 votos a favor, una abstención y dos en contra, un texto en que se acuerda que la AVL informará sobre la adecuación a la normativa de los libros de texto a instancias de las instituciones públicas o de personas físicas o jurídicas que lo justifiquen. También acordó que se modifique la normativa vigente y se incluya a la AVL como único ente normativo del valenciano por lo que respecta a la adecuación lingüística de libros de texto.

Levante, 28.05.2002

La Acadèmia se queda a un voto de aprobar un texto sobre el requisito lingüístico

La presidenta se ausenta por enfermedad y tres académicos abandonan la reunión antes de que finalice

Alfons Garcia, Valencia

El clima de consenso mantenido hasta ahora en la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que empezó a erosionarse en la primera parte del pleno celebrado ayer, se rompió anoche de forma evidente a causa del veto al título de Filología Catalana para acreditar conocimientos de valenciano con vistas al requisito lingüístico. La división se hizo patente ya en una primera votación para decidir si el ente normativo era competente para tratar este asunto. Los académicos tenían encima de la mesa un informe del secretario general, Lluís Aguiló, que no rechazaba la potestad de la institución. Aun así, el resultado fue de 11 votos a favor de pronunciarse sobre el requisito y 8 en contra (Xavier Casp y Pere Maria Orts estuvieron ausentes de la reunión).

Tras discutir durante más de cuatro horas varias propuestas de declaración, los académicos, en torno a las 23.00 votaban un documento que reclamaba el reconocimiento del título oficial aceptado por el Ministerio de Educación y Cultura como primera acreditación de conocimientos de valenciano para quedar exento de las pruebas de requisito lingüístico en las oposiciones a profesores de primaria bachillerato.

El académico Vicent Gascón Pelegrí se había marchado antes de que se produjese la votación. Otros dos miembros como él de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana, Artur Ahuir y Alfons Vila, abandonaron la sala en protesta por el documento sometido a consulta del organismo. Otro miembro de este grupo permaneció en la sala pero se negó a emitir su voto. El resultado definitivo fue de 10 votos a favor del texto, dos en contra y dos abstenciones. El vicepresidente, Josep Palomero, y el secretario, Alfred Ayza, informaron de que el resultado de la votación no tendría efecto ya que la ley de creación de la Acadèmia determina que es necesaria la mayoría simple de sus miembros, es decir, 11 de un total de 21.

Palomero afirmó al término de la sesión que la votación no significa discordia entre los académicos, y atribuyó lo ocurrido al «enrarecimiento externo». No quiso precisar si sus palabras hacían referencia a la Conselleria de Educación y Cultura. Ayza matizó a continuación que el asunto había sido objeto de debate porque ocho académicos lo propusieron.

Artur Ahuir manifestó sin ambages su rechazo al texto que se votó. «Un documento como este lo podían haber aprobado entre el Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana y los sindicatos». Este académico se lamentó de que el texto no propusiera una sustitución del título de Filología Catalana por el de Filología Valenciana.

El escrito no recogía de forma explícita la expresión «Filología Catalana», sino que hablaba siempre del título reconocido oficialmente por los decretos del Ministerio de Educación y cuyo «objeto de estudio es la filología valenciana».

Los académicos aprobaron por 16 votos a favor, dos en contra y una abstención proponer al Consell que modifique la normativa e incluya las funciones de la AVL para la adecuación de los libros de texto a la normativa lingüística oficial.