La mayoría de los académicos vota
a favor de incluir Filología Catalana en el requisito
Las ausencias
impidieron reunir los sufragios necesarios para aprobar el documento
FERRAN BONO | Valencia
La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) tocó ayer el hueso más duro
de su andadura al tratar la decisión del Consell de excluir la titulación
oficial de Filología Catalana del requisito lingüístico para acceder a la
función pública docente. De los 14 académicos presentes en la votación, 10
apoyaron el documento que reconoce tal titulación, dos se abstuvieron y dos
votaron en contra. Pero la ausencia del resto de los 21 académicos, incluida la
presidenta, Ascensión Figueres, que se marchó antes de votar, impidió reunir la
mayoría de 11 sufragios para aprobar el texto.
Figueres se ausentó por encontrarse indispuesta en la segunda parte de
la reunión, cuando se iba a abordar la cuestión del requisito lingüístico que
habían introducido en el pleno los académicos integrantes del Institut
Interuniversitari de Filologia Valenciana, entre otros. Artur Ahuir y Alfons
Vila, representantes del sector más secesionista, abandonaron la reunión justo
antes de la votación. 'Parece que el documento lo han hecho el
Interuniversitari y los sindicatos', afirmó Ahuir, que criticó la falta de
espíritu de consenso. Gascón Pelegrí se marchó mucho antes del fin de la
reunión, que se alargó hasta las 23.20. Xavier Casp y Pere Maria Orts, que
probablemente hubiera votado a favor del documento, no asistieron al pleno.
En definitiva, en el momento de la votación no se alcanzó la mayoría
necesaria situada en 11 votos. Sí se aprobó, previamente, por 11 votos a favor
y 8 en contra tratar la cuestión del requisito lingüístico, a pesar de que el
informe jurídico indicaba que no es competencia de la institución.
Por tanto, el documento del requisito 'no existe', porque 'no hay
acuerdo', afirmó en conferencia de prensa el vicepresidente de la AVL, Josep
Palomero, en compañía del secretario de la misma, Alfons Aiza. El documento
hacía hincapié en la legalidad y la vigencia de la titulación de Filología
Catalana, que tiene como objeto también los estudios de la filología
valenciana, en función de dos decretos de 1984 y 1999, si bien evitaba utilizar
el término catalán para conseguir adhesiones.
A pesar de presentarse diversos informes alternativos con el propósito
de alcanzar el consenso, la 'máquina de pactar', como se refiere a la Acadèmia
alguno de sus miembros, se trastabilló y provocó la primera ruptura en su corta
historia. Palomero negó tal situación e incidió en que las 'diferencias' y las
'cuestiones que enrarecen' la discusión, en referencia al contexto político,
son externas a la AVL. El vicepresidente reclamó más serenidad, porque no 'está
en el seno de la Acadèmia el disenso'. Así, el punto del requisito lingüístico
es como si no se hubiera tratado a efectos legales, aunque la mayoría de los
académicos presentes en la reunión aprobó un documento contrario a la decisión
del Consell.
En la primera votación del pleno, se aprobó por 16 votos a favor, una
abstención y dos en contra, un texto en que se acuerda que la AVL informará
sobre la adecuación a la normativa de los libros de texto a instancias de las
instituciones públicas o de personas físicas o jurídicas que lo justifiquen.
También acordó que se modifique la normativa vigente y se incluya a la AVL como
único ente normativo del valenciano por lo que respecta a la adecuación
lingüística de libros de texto.
La Acadèmia se queda a un voto de aprobar un
texto sobre el requisito lingüístico
La presidenta se ausenta por enfermedad y tres
académicos abandonan la reunión antes de que finalice
Alfons Garcia, Valencia
El clima de consenso mantenido hasta ahora en la Acadèmia Valenciana
de la Llengua, que empezó a erosionarse en la primera parte del pleno celebrado
ayer, se rompió anoche de forma evidente a causa del veto al título de
Filología Catalana para acreditar conocimientos de valenciano con vistas al
requisito lingüístico. La división se hizo patente ya en una primera votación
para decidir si el ente normativo era competente para tratar este asunto. Los
académicos tenían encima de la mesa un informe del secretario general, Lluís
Aguiló, que no rechazaba la potestad de la institución. Aun así, el resultado
fue de 11 votos a favor de pronunciarse sobre el requisito y 8 en contra
(Xavier Casp y Pere Maria Orts estuvieron ausentes de la reunión).
Tras discutir durante más de cuatro horas varias propuestas de
declaración, los académicos, en torno a las 23.00 votaban un documento que
reclamaba el reconocimiento del título oficial aceptado por el Ministerio de
Educación y Cultura como primera acreditación de conocimientos de valenciano
para quedar exento de las pruebas de requisito lingüístico en las oposiciones a
profesores de primaria bachillerato.
El académico Vicent Gascón Pelegrí se había marchado antes de que se
produjese la votación. Otros dos miembros como él de la Real Acadèmia de
Cultura Valenciana, Artur Ahuir y Alfons Vila, abandonaron la sala en protesta
por el documento sometido a consulta del organismo. Otro miembro de este grupo
permaneció en la sala pero se negó a emitir su voto. El resultado definitivo
fue de 10 votos a favor del texto, dos en contra y dos abstenciones. El
vicepresidente, Josep Palomero, y el secretario, Alfred Ayza, informaron de que
el resultado de la votación no tendría efecto ya que la ley de creación de la
Acadèmia determina que es necesaria la mayoría simple de sus miembros, es
decir, 11 de un total de 21.
Palomero afirmó al término de la sesión que la votación no significa
discordia entre los académicos, y atribuyó lo ocurrido al «enrarecimiento
externo». No quiso precisar si sus palabras hacían referencia a la Conselleria
de Educación y Cultura. Ayza matizó a continuación que el asunto había sido
objeto de debate porque ocho académicos lo propusieron.
Artur Ahuir manifestó sin ambages su rechazo al texto que se votó. «Un
documento como este lo podían haber aprobado entre el Institut
Interuniversitari de Filologia Valenciana y los sindicatos». Este académico se
lamentó de que el texto no propusiera una sustitución del título de Filología
Catalana por el de Filología Valenciana.
El escrito no recogía de forma explícita la expresión «Filología
Catalana», sino que hablaba siempre del título reconocido oficialmente por los
decretos del Ministerio de Educación y cuyo «objeto de estudio es la filología
valenciana».
Los académicos aprobaron por 16 votos a favor, dos en contra y una
abstención proponer al Consell que modifique la normativa e incluya las
funciones de la AVL para la adecuación de los libros de texto a la normativa
lingüística oficial.