Legislació lingüística - cdlpv

Levante, 31.11.2004

Un académico acusa a Francisco Camps de «secuestrar» su edición del «Tirant» por reflejar la unidad lingüística

Hauf dice que la obra es «un arma política más» en un proyecto de «dividir una lengua y una cultura»

Alfons Garcia, Valencia

Mientras los miembros de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) celebraban el pasado viernes su reunión plenaria, uno de sus componentes, el catedrático de la Universitat de València Albert Hauf desvelaba en Alicante su opinión sobre lo ocurrido con la edición del Tirant lo Blanc que a finales de 2003 preparó por encargo del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y que no ha sido distribuida. Según el especialista en literatura medieval, la obra ha sido «prácticamente secuestrada» porque su estudio crítico enmarca la novela de Joanot Martorell en la tradición literaria catalana y destaca la influencia en ella de un buen número de autores catalanes y mallorquines: desde Ramón Llull a Bernat Metge y las versiones catalanas del Boecio, el Decamerón o las Heroidas. Así, para Hauf, la razón del secuestro está en que estas teorías «no se ajustan a las peregrinas tesis que se propalan desde la maquinaria oficial del poder».

El profesor y académico incluyó estas consideraciones en su ponencia ante los más de cien especialistas de toda Europa asistentes al Primer Congreso Internacional de la Sociedad Europea de Crítica Textual, que se celebró en Alicante entre el jueves y el sábado pasado. La relevancia del encuentro la demuestra que fue clausurado por los miembros de la Real Academia Española (RAE) Francisco Rico y Alberto Blecua.

Hauf denunció en tan prestigioso foro cómo «en el marco de un deliberado proyecto de dividir una lengua y una cultura ya de por sí minoritarias para fagocitarlas mejor» esta edición del Tirant se ha convertido en «un arma política más». Ha resultado así, dijo, «una víctima más del oportunismo de nuestros políticos».

Esto ha ocurrido, subrayó Hauf, porque el estudio de las fuentes utilizadas por Martorell en 1490 revela que este realizó «una vastísima selección y asimilación de materiales autóctonos o traducidos, disponibles entonces en todo el ámbito lingüístico catalán». Estos préstamos literarios, normales en la época, «constituyen una prueba irrebatible de la unidad de la lengua y de la cultura catalanas, que el Gobierno valenciano trata de negar», sentenció.

Así pues, estas afirmaciones chocarían con la voluntad actual del Consell y del partido en el poder (PP), que «ha optado por defender la existencia de una lengua valenciana distinta de la catalana», aseveró el académico. De ahí, la desaparición de la edición pagada con fondos públicos, cuyos ejemplares no han llegado ni siquiera a los miembros de la AVL, a pesar de que Camps encargó la obra a esta institución. Tal como publicó este diario, los académicos instaron en el pleno del pasado mes de octubre a su presidenta, Ascensió Figueres, a dirigirse a Camps para que este aclare qué piensa hacer con los volúmenes.

Para mostrar el contexto de esta situación, Hauf fue muy crítico con el Ejecutivo de Camps, al que acusó de reaccionar «con una radical teatralidad frente a cualquier propuesta del Gobierno central» y de «resucitar el viejo fantasma de un supuesto imperialismo catalanista». Habló así de una «constante manipulación de la realidad» en función de «luchas e intereses políticos partidistas». Y precisó: se trata de «unos 50.000 votos en juego que el PP intenta asimilar sea como sea».

Pero, frente a ello, Albert Hauf concluyó que el Tirant «no se entiende ni puede explicarse desde el aislamiento o la secesión del resto de pueblos de habla catalana».

Levante, 22.11.2004

Los académicos quieren que Camps aclare qué ha pasado con la edición que les pidió en 2003

Además de reminiscencias franquistas, el 20 de noviembre es la fecha de edición del «Tirant lo Blanc» (1590). Precisamente, los miembros de la AVL instaron en su último pleno (octubre) a Ascensió Figueres a dirigirse al jefe del Consell para saber qué ha ocurrido con la edición de esta obra que les encargó en julio de 2003 y que, una vez preparada, no ha sido distribuida. Ni la gran mayoría de académicos la tiene.

A. G., Valencia

Los miembros de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) han decidido aparcar la prudencia institucional y, en el último pleno (el de octubre), reclamaron a su presidenta, Ascensió Figueres, que se dirija al jefe del Consell, Francisco Camps, para saber qué pasa con la edición del Tirant lo Blanc que encargó a la institución en el verano de 2003 y de la que, una vez preparada, no han vuelto a saber nada. El asunto ya se había planteado en algún pleno anterior de manera más moderada, pero el hecho que ha acabado con la paciencia de algunos académicos ha sido la noticia de la reunión de Camps con el director de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha, y su acuerdo para distribuir el Quijote en la Comunidad.

Según ha podido saber este diario -la institución no ha aportado oficialmente información sobre esta cuestión-, algunos académicos aprovecharon el apartado de ruegos y preguntas del último pleno para inquirir a Figueres sobre lo ocurrido con la edición del Tirant y requerirle que consiga que todos los académicos reciban al menos un ejemplar. Esta se comprometió, de acuerdo con las fuentes citadas, a pedir explicaciones por escrito a Camps.

En estos momentos, según lo comentado en diferentes plenos, sólo Figueres y el vicepresidente de la AVL, Josep Palomero,tienen un volumen de la obra. Esta también está en manos de Albert Hauf, el académico que preparó la edición, aunque, al parecer, porque la imprenta se lo hizo llegar.

La situación de esta publicación no deja de ser sorprendente. Tanto que, con ironía, los académicos hablan del «secuestro del ýTirantý». En el referido pleno, uno de ellos arremetió contra la actitud del jefe del Consell y dijo a Figueres que ya estaba bien, que ya bastaba de disculpar a Camps y que era momento de decir algo. Por entonces (22 de octubre), aún no había estallado la bronca por las traducciones de la Constitución Europea, que ha alcanzado a la AVL al ver bloqueado el dictamen sobre la entidad de la lengua que una ponencia había elaborado.

Para entender algo de lo ocurrido conviene contextualizar los hechos. El encargo se produce en julio de 2003 (en la primera entrevista oficial con Figueres), cuando Camps estaba empeñado en marcar su acción de gobierno con una impronta valencianista (es el tiempo previo a la declaración de Ares del Maestre, escenificada el 1 de octubre de ese año). Eran también momentos de idilio entre el Consell y la AVL -el conseller Esteban González Pons visitó la sede; Camps comunicó que quería presidir un plenoÉ-. En ese marco, pide a la Acadèmia una edición del Tirant con el objetivo de que fuera su regalo de Navidad de ese año, tal como se reflejó en diferentes medios de información.

Pese a la premura, la AVL acepta el requerimiento y lo deja en manos del catedrático de la Universitat de València Albert Hauf, quien ya trabajaba en una edición del Tirant por su dedicación profesional. Hauf cumple los plazos, la AVL entrega el trabajo -elaborado estrictamente según el modelo lingüístico de la Administración, lo que obligó a cambios en el material ya preparado- y Presidencia prepara unos volúmenes de lujo que sólo unos pocos privilegiados han tenido en sus manos, porque la novela de Joanot Martorell no fue al final el tradicional presente institucional.

Presidencia no ha aclarado,a preguntas de este diario, lo ocurrido con estos ejemplares.No obstante, las circunstancias políticas habían cambiado bastante en diciembre: Camps vislumbraba batalla interna en su partido (la lengua podía ser arma en ella) y su giro valencianista no había recibido el placet del Ejecutivo de José María Aznar. Un año después, la edición de la obra cumbre del Segle d'Or continúa bien guardada.