Legislació lingüística - cdlpv

Levante, 27.09.2004

Las ventajas de ser académico

La mitad de miembros de la AVL goza de reducciones de su horario laboral mientras mantiene el sueldo y añade las «indemnizaciones» por acudir a cada reunión de la entidad

A. G., Valencia

Diez de los 21 componentes de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) -todos ellos dedicados a la docencia- disfrutan de reducciones de su horario laboral sin dejar de percibir sus sueldos íntegros.

Esta situación se da gracias a los convenios que la entidad mantiene desde 2003 con tres universidades valencianas y el colegio privado La Pureza de María de Valencia y al acuerdo con la conselleria de Educación.

En virtud de estos pactos, la AVL traspasa unos fondos anuales a la escuela privada citada (21.000 euros) y a las universidades de Valencia, Alicante y Castelló para compensarlas por las horas perdidas, que han de ser impartidas por otros profesores. En el caso de los profesores de la red pública, Educación asume este coste, sin que la Acadèmia ponga nada según han confirmado fuentes de la AVL. Esta justifica la liberación parcial de algunos miembros porque «era necesaria una mayor dedicación temporal si se querían avanzar proyectos».

Los beneficiarios de la medida son los profesores de Secundaria Artur Ahuir -ejerce en el mencionado colegio privado e imparte así seis de sus 25 horas semanales-, Josep Palomero, Josep-Lluís Doménech y Alfons Vila. Estos tres últimos, con plaza en el sistema público de enseñanza, realizan 6 de las 18 horas establecidas.

Por otra parte, Antoni Ferrando y Ramón Ferrer (de la Universitat de València), Rafael Alemany y Jordi Colomina (de la de Alicante) y Lluís Meseguer (de la Jaume I de Castelló) reducen tres de sus 15 horas lectivas. El disfrute de esta ventaja es voluntario (Albert Hauf no se acogió a ella, por ejemplo). De las tres últimas incorporaciones, la información que manejan los académicos es que Emili Casanova ha solicitado que se le aplique, mientras que Manuel Pérez Saldanya, no.

Los convenios levantaron alguna voz discrepante entre los académicos cuando se aprobaron. Los comentarios regresaron antes del verano, cuando se supo que un supervisor de la congregación a la que pertenece el colegio donde trabaja Artur Ahuir había puesto inconvenientes a la situación laboral de este y de la persona que cubre su liberación horaria. La directora de Secundaria de la escuela afirmó a este diario que todo estaba solucionado y remitió «al interesado».

Este reiteró que ya estaba «todo claro» -la cuestión legal, dijo, era cosa de «los juristas de la AVL» y del colegio-, señaló que su situación no difiere de la de otros académicos y recordó que fue la institución la que le reclamó «una dedicación más importante» debido a los proyectos y funciones que desarrolla (la elaboración de los diccionarios y la presencia en la junta de gobierno).

De esta manera, quienes se acogen a esta medida ven reducido su horario laboral sin que mengüe su nómina.

A ella, suman las cantidades (indemnizaciones es el término oficial) por asistir a las reuniones de la AVL. La participación en juntas de gobierno y plenos se paga a 390 euros y las secciones o comisiones, a 360 (cifras en bruto), según lo aprobado oficialmente.

Dado que lo normal es que cada académico esté en 3 secciones (sólo Alemany, Ramón Arnau y Vicente Gascón están en dos y también los hay que están en cuatro) y que estas se reúnen una vez al mes, lo usual es que un componente de la AVL que no sea de la directiva perciba 1.470 euros al mes por asistencia a secciones y al pleno mensual. Ello sin contar posibles sesiones de comisiones.

En el caso de la junta de gobierno (Figueres, Marisol González, Josep Palomero, Antoni Ferrando y Artur Ahuir), la cifra ascendería a 3.030 euros al mes, ya que hasta ahora la directiva se ha venido reuniendo una vez por semana. Como queda dicho, estas cantidades se unen a sus salarios personales. Sólo quedan exentas de este sistema la presidenta (Figueres) y la secretaria (González), las únicas con sueldo de la AVL por su dedicación completa (60.172 euros y 56.812, según lo aprobado en 2002).